El grupo brasileño regresó al país después de ocho años de ausencia, para presentar el espectáculo “Paralamas Clásicos” en su gira 40 Aniversario. El rockero Charly García llegó al sitio en su silla de ruedas y vio el recital de sus amigos a un costado del escenario.
(Capital Federal – Domingo 28 de Septiembre de 2025) La espera se hizo muy larga, en verdad demasiado larga y por suerte la prolongada ausencia en los escenarios argentinos no disipó ni atenuó el vínculo que tienen con nuestro público. Desde que se anunció que volvían al país, no solo sus fans locales vibraron de entusiasmo sino también un numeroso grupo de brasileños radicados en Argentina, que saben sobradamente de la excelsa calidad que este grupo destila desde su origen allá por mediados de 1977 en territorio carioca. Los memoriosos guardaron a fuego aquella histórica fecha del 20 de abril de 2017, cuando la banda tocó en un Niceto Club ocupado hasta el último milímetro, última visita del grupo al país en el historial de una formación que desde los ‘80s a esta fecha construyó de una manera muy firme una íntima relación con sus seguidores de este lado de la frontera. Los “Paralamas”, abreviatura de su nombre completo “Os Paralamas Do Sucesso”, sin dudas son una banda que construyó una fantástica carrera artística en las últimas cinco décadas de actividad, generando un puente comunicacional artístico con nuestra nación que sigue activo a pesar de la distancia, el tiempo transcurrido y varios avatares externos como la pandemia o la respuesta comercial a ambos lados de la frontera con esta nación limítrofe.
Al principio con notificaciones por Internet, luego con algunos afiches en la vía pública, y después con las escasas entrevistas concedidas para confirmar su llegada al país, todos los que en algún momento de su vida se sintieron identificados con esta formación que diseñó un puente cultural entre Argentina y Brasil que nadie pudo romper o resquebrajar, vieron finalmente la chance de reencontrarse con un grupo que desde finales de los ‘80s tomó la insólita decisión de cimentar de manera muy fuerte su vínculo con este público, maniobra que en cierto sentido les costó cierto recelo de sus conciudadanos en aquellos tiempos. El anuncio del recital de “Paralamas” se celebró realmente en nuestro territorio como un gol mundialista, concierto previsto el sábado 27 de septiembre de 2025 para ponerle fin a esa maldición de no poder verlos después de la grave crisis sanitaria que vivió el mundo, por aquella agresión gestada desde suelo oriental, esa que nadie parece recordar en este muy preocupante “nubepedismo” en el que vive una gran parte de la sociedad, drogada de una forma bochornosa con la supuestamente moderna telefonía celular. El ámbito para verlos en esta ocasión no fue un teatro, porque la mayoría están tomados hasta marzo del año que viene, y mucho menos el Luna Park, actualmente clausurado u Obras, lugar que con la anulación del mítico coliseo de box heredó buena parte de su cartelera. El espacio que la productora escogió fue el “C Art Media”, un lugar con capacidad para 3000 personas que responde bien a las necesidades de espacio, pero que a nivel sonido su cuadratura edilícea le genera una inocultable fama de sitio donde “todo suena como el culo”.
En una jornada que se anunciaba fresca después de varios días con precipitaciones, poco antes de las 21:00 horas el lugar lucía casi a un noventa por ciento de su capacidad, justo en el preciso instante en que un auto de color gris metalizado se detuvo sorpresivamente en la entrada principal del estadio, ante la curiosidad de quienes esperaban por entrar. De inmediato tres personas bajaron del mismo y abrieron la puerta delantera derecha de este vehículo, mientras la lluvia anunciada por esas horas solo se hacía presente en la zona con forma de llovizna persistente, mientras el frío parecía retroceder posiciones en una velada con mucha gente entusiasmada por ver al conjunto brasileño. Entre esas personas estaba nada más y nada menos que el rockero Charly García, quien a bordo de su silla de ruedas fue trasladado a una puerta lateral para ser trasladado al fondo del predio, donde ya todos los integrantes de la producción argento-brasileña lo esperaban felices para colocarlo en un privilegiado espacio lateral del escenario, para que el artista argentino tuviese un sitio de lujo para ver el show de sus amigos y colegas. Pero faltaba algo esencial para que esa fiesta se pusiese en marcha y era la llegada del mismísimo Herbert Vianna, quien en otro vehículo fue descendido de manera sincronizada guiando su silla de ruedas hacia el fondo del estadio, segundos antes que las luces en el court del barrio de Chacarita se apagaran dando inicio a la fiesta que todos anhelaban vivir después de tanto tiempo. Una broma carente de toda corrección política y respeto a personas con dificultades físicas se oyó al ingresar la segunda unidad móvil de respaldo terapéutico. “Está difícil estacionar allá en el fondo”, se escuchó y aunque algunos buscaron no plegarse a ese gag, las sonrisas por esos segundos le ganaron a una expresión inoportuna con estos músicos heridos de forma severa en lo corporal.
Los “Paralamas” entre 1986 y 1999 fueron sin dudas una de las grandes bandas del gran panorama sudamericano de conjuntos que fusionando rock, pop y otros estilos, lograron una aceptación masiva en Argentina, tiempos donde la gran corriente de artistas nuevos del mundo popular pareció decrecer, ante el avasallamiento que en la última década del milenio pareció imponer el “rock fierita-chabón”, buscando clonar de manera tosca esa fórmula rockera de rock and roll fino y glamoroso de los “Ratones Paranoicos”. En ese lapso, la banda que integran Herbert Vianna, Bi Ribeiro y Joao Barone construyó con una saga de discos muy interesantes una inquebrantable relación con sus fans argentinos. Por esos años se los llamaba la “mejor banda brasileña de rock argentino” o el “mejor grupo argentino del Brasil”, para darle connotación al estrecho vínculo con los espectadores de esta nación. Instados en su momento por el talentoso empresario y productor Fernando Moya, los músicos brasileños aceptaron armar un disco con sus mejores canciones de ese momento, pero cantadas al castellano. El resultado, tal como se preveía, fue un éxito sin precedentes, vendiendo una cantidad de discos compactos que superó todo lo esperado.
«Paralamas» sabía que para conseguir su objetivo central de exportaciòn había que arriesgar fuerte y lo hicieron. Desde 1986 hasta los primeros años de la siguiente década vinieron a tocar a la Argentina y se prendieron en cuanto festival o sitio de shows había, jugada que les terminaría dando la razón. El nuevo disco del gran conjunto carioca, forzado por estas circunstancias, increíblemente se convirtió en un insólito proyecto bi-nacional. Para este lado del paso fronterizo se llamó finalmente “Dos Margaritas”, con todos los temas de ese proyecto cantados en castellano, mientras que para suelo brasileño el álbum llevó como título “Severino”, naturalmente con las letras en portugués. En Argentina el disco resultó un boom fenomenal, material que incluía la presencia de Charly García y el guitarrista de Queen Brian May, quienes participaron en el tema “El vampiro bajo el sol”, mientras que su equivalente brasileño en esa nación no tuvo la respuesta esperada. El trío entendió que debía concentrar sus energías en nuestra nación y la frecuencia de conciertos en el país los convirtió en una de las bandas top de aquella época. La siguiente jugada, algo que todos los fans les venían pidiendo, fue registrar un show en vivo para así tener su primer álbum grabado de un concierto, brillante grabación llamada “Vamo Bate Lata”, lanzamiento que alcanzó casi el millón de unidades vendidas. Amén de las mejores canciones del conjunto tocando en directo, hubo un elemento extra que hoy luce inolvidable. Los «Paralamas» por esas semanas habían hecho un tema con Carlinhos Brown, llamado “Uma brasileira”, un hit hecho y derecho que vio la luz en ambos idiomas, un golazo de acá a Neptuno.
Tras esa exitosa publicación y por presión de la filial brasileña del sello EMI, el conjunto de Brasil puso foco en su nación pero sin descuidar su “costado argentino”, aunque esos álbumes que luego llegaron aquí ya no tuvieron esa fuerza de los anteriores. El quiebre del vínculo ocurrió en febrero de 2001, cuando Herbert sufrió con su esposa Lucy un muy grave accidente piloteando una nave ultraliviana, trágico incidente que deparó la muerte de la pareja del músico, quien estuvo varias semanas en coma hasta poder despertarse, un percance que dejó sin movilidad al artista de la cintura para abajo. La recuperación y su fé sostuvieron a Vianna, pero tanto la reconstrucción física como anímica demandaron al artista más tiempo del esperado. En ese ínterin el grupo retomó su actividad en vivo, pero las visitas a Buenos Aires se hicieron más espaciadas pero no menos efectivas. Paralelo a ese contexto, la quiebra del sello EMI y el traspaso a Universal Music, las cosas aquí no se alineraron como era esperable. Sin ir más lejos “Señales do sim”, última producción del conjunto en estudios, lanzado por dicha compañía discográfica no se publicó en Argentina, un disparate mayúsculo, pero claro, el reggaetón y las movidas urbanas comenzaban a acaparar el interés de los medios y todas las nuevas generaciones carentes de una mínima formación cultural. Esa bochornosa y polémica decisión editorial no conspiró contra el vínculo entre el conjunto brasileño y sus fans argentos, cuando el 20 de abril de 2017 la banda realizó un recital en Niceto Club con localidades totalmente agotadas. Luego llegó la pandemia, una trágica historia por todos conocida. El milagro post crisis sanitaria se capitalizó con el regreso del conjunto al país ayer, pero sin dudas era un indescifrable misterio saber como estarían las cosas.
Anoche los «Paralamas» no solo confirmaron que su vínculo con el país permanece firme e inquebrantable, sino que aprovecharon su visita para mostrar en un recorrido por todo su repertorio la importancia de su obra en las últimas cuatro décadas. El arranque fue con la recordada “Vital e sua moto”, seguida de “Cinema mudo”, “Bora Bora” y “Tendo a lua”, tras lo cual llegó el bloque de canciones relacionadas con Argentina. Así pasaron en ese escenario del barrio de Chacarita “Lourinha Bombril”, versión en portugués de “Parate y mira” de Los Pericos, tras lo cual sonó “Track Track” (Fito Páez) del gran disco “Ciudad de Pobres Corazones” del artista rosarino. Inmediatamente las cosas cambiaron de ritmo pero no de intensidad con los clásicos del conjunto carioca, minutos donde la banda tocó éxitos como “Saber amar”, “O calibre” y “Tendo a lua”. Sin dudas la confianza con los seguidores argentinos se fortaleció apenas arrancaron los primeros compases del himno noventoso “Dos margaritas”, seguido de “Mi propio mundo”. Otro megahit copó toda esa franja evocativa como “Linterna de los afiebrados” mientras Herbert pedía el respaldo de las luces de los celulares en esa emotiva composición. Un muy ágil recorrido por temas, acompañados por muy buenos videos en la pantalla trasera, que no llegan a los cuatro minutos permitió escuchar las versiones 2025 de composiciones como “Aonde quei que eu va”, “Selvagem”, “La bella luna”, “Vocé”, “O Beco” y aquella página continental llamada “A novidade”. Al listado formal le quedaban cuatro canciones de reconocida historia, mientras la gente premiaba con sostenidos aplausos a un grupo de enorme experiencia y prestigio a nivel mundial.
Lo que ocurrió inmediatamente fue demoledor. Sonó “Canción del marinero”, un tema que incluso el Bahiano versionó en castellano en un disco para chicos, track pegadizo que cedió lugar a “Inundados”, definitivamente “la” canción que estableció los vínculos del grupo con nuestro país por su letra y ritmo. El golpe de gracia fue “Uma brasileira”, gran canción de impacto mundial que convirtió al “C Art Media” en un sambódromo con gran perfume pop mainstream. El cierre del listado formal fue con “Oculos”, momentos donde las ovaciones iban creciendo en fuerza y duración. Tras un amague de retirarse para unos segundos fuera del escenario, el conjunto permaneció en el proscenio y de manera veloz iniciaron los bises previstos para el concierto. Esa secuencia comenzó con “Perplejo” y tras los aplausos de rigor, Vianna comentó que Charly García estaba al costado de este escenario escuchándolos tocar, ante el griterío del público. Para homenajear al tecladista de “Serú Girán”, seguidamente los brasileños encararon el “Rap de las Hormigas”, tema que la banda carioca grabó en “Parte de la religión”. El colmado lugar se venía abajo con semejante canción y el fervor no bajó, porque tras cartón tocaron “Que me pisen” de la recordada banda argentina Sumo. La fiesta estaba detonando sus últimas cargas en una actuación memorable. Extractado de “Dos margaritas” tocaron “Carro Velho” (Coche viejo), muy aplaudida por la gente, restando dos clásicos para clausurar semejante festín en esa zona porteña. “Caleidoscopio” y “Meu erro” fueron el apropiado desenlace del show de regreso, velada donde nuevamente Joao Barone confirmó sin dudas que es el mejor baterista del continente, muy bien acompañado por Bi Ribeiro en la base. Atrás tanto los teclados de Joao Fera como los poderosos bronces de Monteiro Jr y Bidu Cordeiro le dieron esa contundencia tan característica, en una celebración que tuvo en las dos horas de recital a un Herbert Vianna en excelente respuesta artística y psicofísica en ese lugar, que por suerte no deparó ayer un sonido bochornoso, sino algo bastante para ese gran cubo sin acustizar. Los «Paralamas» dieron una cabal demostración de su vigencia con un concierto a la altura de su prestigio, lo cual en estos tiempos que corren sin dudas les alcanzó y sobró para estar entre los cinco mejores shows de un “grupo argentino” en la temporada que está por finalizar. Ya finalizado el recital, los músicos desbordados de felicidad, brindaron con Charly en camarines celebrando este triunfal retorno al país. Naturalmente se lo tenían bien merecido.
Paralamas – “Paralamas Clásicos” – C Art Media – Sábado 27 de Septiembre de 2025 (Ficha técnica – Lista de temas: 01) Vital e sua moto – 02) Cinema mudo – 03) Bora Bora – 04) Tendo a lua – 05) Lourinha Bombril (Pericos – Parate y mira) – 06) Track Track (Fito Páez) – 07) Saber amar – 08) O calibre – 09) Tendo a lua – 09) Dos margaritas – 10) Mi propio mundo – 11) Linterna de los afiebrados – 12) Aonde quei que eu va – 13) Selvagem – 14) La bella luna – 15) Vocé – 16) O Beco – 17) A novidade – 18) Canción del marinero – 19) Inundados – 20) Una brasileña – 20) Oculos // 21) Perplejo – 22) Rap de las hormigas (Charly García) – 23) Que me pisen (Sumo) – 24) Coche viejo – 25) Caleidoscopio – 26) Meu erro) Integrantes : Joao Barone: batería, percusión y coros // Bi Ribeiro: bajo // Herbert Vianna: guitarra y voz líder // Joao Fera: teclados y percusión // Monteiro Jr: saxofón // Bidu Cordeiro: trombón // Jose Fortes: Manager personal «Paralamas»).
Coordinación ejecutiva de cobertura:Mirta Magallanes(Noticias 1440) // Fotos show “Paralamas” en C Art Media:Mirta Magallanes (Noticias 1440) // Fotos Difusión Oficiales: Prensa Martín Paladino //Edición digital final:Gabriel Imparato (Noticias 1440)