Los IKV coronaron el “Festival Buena Vibra 2025” ante 20 mil personas con un show de nivel superlativo

En el destacado evento realizado por la productora Ozono, la experimentada banda que lideran Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur concretó en la Ciudad Universitaria su única aparición del año, deslumbrante desenlace musical en una tórrida jornada donde sobresalieron las presentaciones de Juana Molina, Indios, Bándalos Chinos y Louta.

(Capital Federal – Domingo 23 de Febrero de 2025) Varios factores se conjugaron para que la segunda ediciòn del “Festival Buena Vibra”, efectuado en la Ciudad Universitaria, cerrara cerca de las 02:00 AM de hoy domingo con un balance muy bueno, exponiendo en el predio de la Costanera Norte a escasos metros del Aeroparque Jorge Newbery, una ecléptica convención de artistas que se hicieron muy fuertes en la última década y media con propuestas muy diferentes entre sí. Para que esto llegase a buen puerto, en una zona que luce accesible para el ingreso y un verdadero laberinto para el éxodo masivo, asoma indispensable señalar que este festival en plena conclusión del verano, fue otro notable acierto de realización de “Ozono Producciones”, la empresa creada por Fernando Moya, uno de los seis productores más importantes del continente desde mediados los ‘80s a la fecha. Con un sincronismo operativo y una prolijidad envidiable en los cinco escenarios dispuestos en el terreno lindante a las distintas edificaciones donde los estudiantes habitan cotidianamente en su formación terciaria, el festival lució una prolijidad envidiable para un carrousel de artistas de distintos calibre y repercusión que ofrecieron sus propuestas a las 20 mil personas reunidas en esa zona bastante cercana al Monumental de Nuñez.

La cantautora salteña Feli Colina, una impactante artista que se formó ofreciendo shows a la gorra en las cinco líneas de subte porteñas en este nuevo milenio, puso en marcha desde las 16:00 hs una destacada grilla de actuaciones donde la artista norteña repasó su carrera con destacadas y renovadas versiones de sus temas, mientras el público llegaba entusiasta al lugar pero también bastante sofocado, porque la sensación térmica a esa hora volvía a acariciar los 40 grados con un sol obrando como un impiadoso rayo laser sobre el paseo ribereño a esa hora del atardecer. Un rato más tarde, cuando ya más de trece mil personas recorrían los distintos escenarios armados en el lugar, subió a uno de las plataformas con mayor dimensión Juana Molina, verdadera pionera en el mundo de la experimentación electrónica en el pop femenino, bajo un formato de dueto con teclados y batería, que tuvo con la caída del sol muy cautivantes matices mientras llegaban algunas nubes, atenuando la pesadilla climática que golpeaba sobre el predio desde temprano, poniendo a prueba la resistencia física de la audiencia en una jornada tan tórrida como agobiante.

Dos grupos formatos en este nuevo siglo protagonizaron el tramo más valioso cuando la noche se hacía presente en la Costanera Norte, exponiendo en escena una consolidación interpretativa muy elocuente y entretenida. Primero el pop con muy dinámicos arreglos de “Indios” en el “Stage Coca Cola” fue la primera y firme señal de una grilla con acertada curaduría para un evento de estas características. La banda que lidera Joaquín Vitola en 45 minutos mostró su vigencia y con adecuado tino recorrió varias etapas de su carrera. Abriendo con “Ritmo y percepción”, el grupo repasó temas como “Perdiendo la cabeza”  y se dio el lujo de manera sorpresiva de contar con Zoe Gotusso como invitada para “Ya pasó”, vocalista con quien habían grabado este tema en estudio, provocando la primera ovación del evento acompañados por una artista en plena consolidación continental. El conjunto guiado por el hermano de la cantante del grupo “Potra” cerró un efectivo set de composiciones con “Tu geografía” y “Jullie”, mientras el público se corría unos metros para tener una mejorada ubicación antes que surgiese el siguiente espectáculo.

Por mínimos detalles operativos, la puntualidad que el festival venía ostentando perdió un poco de su sincronicidad con los horarios anunciados, pero la gente muy conforme con lo que sucedía en los dos escenarios centrales, aprovechó esas pausas para hidratarse, buscar algún alimento para sostenerse hasta el final de la grilla o estirar las piernas recorriendo en plan analítico los distintos stands armados con diversas ofertas para la audiencia allí en ese campus estudiantil. “Bándalos Chinos”, el conjunto comandado por Gregorio “Goyo” Degano, aprovechó ese segundo tramo del prime-time nocturno para ofrecer en el “Stage Aperol” un espectáculo muy prolijo y entretenido. Con un sonido muy FM y canciones de fácil digestión, la banda arrancó su bloque interpretativo con “Departamento”, para cerrar casi cuarenta minutos después con “Vámonos de viaje”, pasando varios clásicos de esta banda como “Demasiado” o “Tu órbita”, ofreciendo una prolijidad interpretativa sin dejar de sostener ese tramo tan convocante del evento, cuando la noche gobernaba las acciones en un lugar donde el piso naturalmente conservaba el calor de una tórrida jornada, que desgastó bastante la resistencia general del público en un evento bastante prolongado.

Antes del concierto que la mayoría había ido a ver, la previa del número principal fue la contagiosa actuación del solista “Louta”, quien tenía sobre sus hombros la dura misión de sostener la espera antes del espectáculo central del “Festival Buena Vibra 2025”. Definir lo que desarrolla “Louta” sobre escena no es imposible pero tampoco muy sencillo dentro de las características que observa su trabajo sobre escena. Este joven intérprete porteño no encaja con lo que podría entenderse como un cantante tradicional, pero su estilo combina pasajes recitados con frases que suelen repetirse de manera robótica, aplicando algunos coros a su estructura compositiva, dentro de un armazón musical que centra su fuerza en lo rítmico, algo que le permite aplicar en vivo coreografías que desarrollan firme sus diez bailarines, quienes como era de suponer utilizan muchos recursos visuales al estilo de la escuela histriónica que compone el ADN del artista, hijo de la bailarina Ana Frenkel y el productor Dique James (“Fuerza Bruta”). Por lo tanto en escena hay un gran catarsis corporal, bastante trabajo hecho para la cámara móvil que se mueve sobre el escenario, donde los rostros juegan papeles protagónicos y muchos cortes musicales para no reiterar su performance. Con tres discos publicados y muchísimas actuaciones encima, “Louta” dejó de trabajar solo con máquinas en vivo para sumarle a sus secuencias digitales una banda bastante numerosa, lo que le ha permitido una tracción a sangre arengadora para sus composiciones. Diez canciones integraron ese set que arrancó a las 23:45, mientras en el otro escenario, el “Stage Aperol” los técnicos daban los ajustes finales al escenario del plato fuerte del evento en Ciudad Universitaria.

Con la gente bastante cansada después de resistir un día en ese predio bajo muy elevadas temperaturas, “Louta” supo despertar a la audiencia bastante juvenil con el pegadizo track “Todos con el celu”, secuencia que luego dio paso a “Amame”, “La forma de tus huesos”, “Ush” y “Quereme”. Para encarar “Uacho”, uno de sus hits con efectos de sonido bastante cercanos a los que utilizan los DJs en sus espectáculos bailables, el intérprete convocó a la ascendente cantaurora Marilina Bertoldi, figura que recientemente firmó con el sello Sony Music Argentina, para acompañarlo en un cuadro visual donde la figura invitada lució un conjunto de falda y chaqueta ocre brillante con camisa y corbatín, cantando con los bailarines y el protagonista del penúltimo bloque artístico. Tras cartón llegó sin dudas el mejor momento en la performance del artista porteño, quien invitó a la joven vocalista Zoe Gotusso a cantar “Ayer te ví” sobre escena. Mientras los bailarines acompañaban al dueto con una coreografía relajada, la dupla protagónica cantó mirándose a las caras, mientras la “steady-cam” daba vuelta alrededor de ellos muy entusiasmada, provocando un romántico momento con ambas figuras jugando un atractivo tramo del concierto, tras lo cual la artista cordobesa dejó el proscenio muy ovacionada por las 20 mil personas. Al show le quedaban las últimas tres piezas del repertorio y “Louta” con sus energías junto  al cuerpo de bailarines encaró con correciòn “Abrir tu corazón”, “No te comas la peli” y la inédita “Unknown”, recibiendo después de 40 minutos un valioso respaldo del público ya pasada la medianoche en la zona norte de la Costanera.

Hubo que esperar hasta las 00:42 para que la fiesta se pusiese en marcha, pero quiso el destino que insospechadas fallas técnicas obligasen a suspenderlo. Los IKV arrancaron la canción “Expedición al Klama Hama”, pero el micrófono de Emmanuel y segundos más tarde el de Dante comenzaron a tener intermitencias de transmisión, momento donde este último dio la orden a los músicos de parar todo y regresar a camarines unos segundos a fin de darle tiempo a los técnicos para que pudiesen reparar el problema y no permitir que este aspecto condicionara la calidad del espectáculo. Solucionada esta muy inesperada contingencia, la dupla volvió a colocarse sobre una pequeña tarima trasera para cantar de nuevo esta canción del disco “Versus “, el capítulo más dark dentro de la discografía del dueto fundador de la corriente rap-rockpop-song. Acompañados por un amplio conjunto que reunía a ejecutantes de las bandas de estos intérpretes en sus caminos como solistas, la formación dio cuenta de clásicos como “Helicópteros” , “Ula Ula” y “Chaco”, tramo muy ecléptico de dos discos editados antes y después de la separación parcial que este grupo vivió a principios de milenio. Con cuatro temas y una contundencia asesina sobre las tablas, estaba claro que el entusiasmo del público explotó como un enorme depósito de trotyl al levantar temperatura, enrojeciendo sus manos con los aplausos y alentando a esta magnética dupla artística con elocuentes ovaciones.

 

Los medios y analistas de la post-pandemia desandan centimetraje y minutos al aire para sostener una y otra vez que los IKV son los padres biológicos del movimiento urbano en el período 2018/2024, nada más equivocado en la evaluación porque en realidad Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur son dos músicos de formación clásica que aplicaron a su obra estructuras de la escena negra musical de los Estados Unidos, para dotar a sus temas de una potencia inusitada y buenos arreglos donde el funk, el soul, el jazz y sobre todo las melodías juegan un papel central. Está claro que ambos desarrollan mínimos fragmentos de frases o versos hablados, pero sería una falta de respeto a lo que hacen decir que son “urbanos”, porque ambos son excelentes cantantes y cuando se calzan la eléctrica, pueden tirar abajo un edificio de 30 pisos con sus solos explosivos de guitarra. Los IKV son la máxima expresión a la que puede llegar el supuesto movimiento urbano de la actualidad, pero para que eso suceda va a tener que ocurrir un milagro de dimensiones incalculables en el planeta que habitamos. La distancia entre la magistral banda que comandan Dante y Emmanuel con toda esta camada de infumables payasitos de marketing, saturados de una parafernalia de marketing tan vomitivo y sofocante, es la cantidad de kilómetros que hay entre la Tierra y el Sol. Los “Illya Kuryaki And The Valderramas” son el eje del universo  funk-pop-rock del cruce de milenios y todos sus insufribles emuladores una bochornosa cantidad de satélites que clonaron sus recetas con la fotocopiadora descompuesta, pasada de ego y desgastante tecnología para celulares.

Capaces de hacer bailar a un infinito batallón de cadáveres emergidos del histórico clip “Thriller”, los IKV cuando apenas habían transcurrido unos intensos 20 minutos de show, decidieron convertir al parque universitario en una discoteca al aire libre con las mejores piezas de su repertorio, exhibiendo una contundencia interpretativa tan demoledora como contagiosa en las veinte mil almas que a pesar del calor a esa hora, echaron los últimos recursos físicos para bailar con dos anfitriones de lujo en un momento pistero. La fiesta arrancó velocidad con “Jaguar House” del disco “Leche”, pero el momento clave fue tal como se esperaba cuando interpretaron “Jugo”, la mejor canción de este  grupo en toda su carrera, aparecida en “Versus”, un álbum que no era precisamente una mirada dance del contexto creativo, pero que conquistó corazones a la velocidad del sonido con su sonido discotequero, sus arreglos de bronce y un videoclip que merece varias pasadas en pantalla gigante. Desde ese momento la “Disco Kuryaki” disparó una tras otra composiciones con enorme calidad creativa volcadas a ese estilo como “Latin Geisha” y “Coolo”, mientras la Ciudad Universitaria le competía cabeza a cabeza a todos esos boliches conchetos llenos de autos carísimos en la Costanera Norte, a ver quien tenía mejor estructura bailable, una batalla donde los IKV noquearon a sus desafiantes en pocos minutos.

Dentro de un breve bloque para bajar decibeles y recomponer fuerzas, Dante y Emamnuel  interpretaron “Aguila Amarilla” y “Adelante”, dos canciones mid-tempo con distinto eje compositivo. Pertenecientes al disco “Chances”, con el cual la dupla regresó a la actividad en la segunda década de este milenio, la primera fue el tema compuesto para rendir muy buen homenaje a Luis Alberto Spinetta, fallecido en febrero del 2012. El tema con varios climas y un brillante solo de guitarra a cargo de Dante no apto para cardíacos, puso esa muy sentida cuota de evocación a una figura clave de la música argentina, mientras en las pantallas dos fotos del recordado rockero provocaban aplausos y cánticos elogiando toda su obra artística. La segunda pieza elegida de ese disco de regreso kuryaki tiene un pulso firme y machacante, donde los certeros arreglos de la banda en vivo van desencadenando un opresivo marco instrumental con algunos solos muy volcánicos. Tras esa jugada dupla de canciones que colocó un apropiado retrocohete a tanto baile, el grupo se guardó para la recta final algunas de sus mejores canciones, para armar una irresistible distinguida fiesta funk, tramo donde bailaron hasta los empleados de seguridad del evento. Al espectáculo le quedaban solo cinco canciones y el dueto con sus acompañantes jugó fichas decisivas para un glorioso cierre en su única presentación de la temporada 2025.

Sin mediar muchos segundos entre la última salva de aplausos tras el bloque distendido del show, los IKV dispararon “Funky Futurista” y “Yacaré”, dos temas que reflejan una enorme maduración a la hora de concebir temas con su ADN pero dentro de una mirada más elaborada del nuevo milenio, tras lo cual llegó el tema “Gallo Negro”, único track de esa producción que huele a experimento apresurado como “La Humanidad O Nosotros”, disco que desencadenó la segunda separación de la banda. Esa canción no desentonó con las obras elegidas, pero está claro que si hubiesen hecho “Fabrico Cuero” o “Jubilados Violentos”, la evocación hubiese cerrado sin fisuras para una retrospectiva muy valiosa en este momento de la carrera del conjunto. El gran momento bailable del final llegó con la hiper pegadiza “Jennifer del Estero”, canción de 1999 que marcó la belleza estética del inolvidable trabajo “Leche”, ese álbum que el grupo presentó en Cemento con una amplia y añeja heladera de despensa en el ingreso al local, marcando aquél tiempo donde ambos no ocultaban una enorme admiración y fanatismo por Prince.

Para el final, cuando nadie imaginaba un regreso al disco que anticipó el desembarco del consagrado “Chaco”, llegó la furia rockera con “Remisero”, ese topacio eléctrico del muy inolvidable disco “Horno para calentar los mares” producido por Tweety González, una placa que cimentó lo sembrado en la ópera-prima de la dupla. Tras ese pasaje de octanaje rockero lleno de pulsaciones elevadas, el final del superlativo espectáculo fue con aquél gran hit del álbum “Chaco” que es “Abarajame”, probablemente el proto gen en que gran parte de los artistas del nuevo milenio se inspiraron para aprovechar el terreno sembrado por este dueto, que cuando trabaja en conjunto confirma no solo su calidad artística, sino el espacio destacado que ostenta en la música argentina en los últimos 40 años de intensa actividad. A las 02:05 AM y mientras algunos no esperaban el saludo final para salir del predio, Dante y Emmanuel agradecieron elocuentemente al público por acompañarlos en algo que figura en los papeles como la “única actuación” que concretarán este año, pues ellos se hallan grabando nuevos discos de estudio como solistas, algo que definieron en el recital como “despertar a los osos hibernando”. Aunque luego de este inolvidable recital todavía quedaban algunos números menores para clausurar la extensa programación, más del 80 por ciento del público emprendió a marcha lenta el éxodo en el camino hacia la Costanera Norte buscando sus autos o el transporte público, pero la gran acumulación de tránsito a esa hora con los jóvenes en sus autos de alta gama, tornó inevitablemente traumático el escape de ese sector de circulación, después de una muy exitosa jornada con un show musical Premium por donde se lo analice. La 2da edición del “Festival Buena Vibra” realizada en la CU para su temporada 2025  contó con dos pantallas de cuarzo de 180 grados en forma semicircular, nuestra que premió con muy destacadas bandas y un artista mayúsculo a quienes soportaron las altas temperaturas, brillante realización de “Ozono Producciones” que no solo convenció a los IKV de reunirse nuevamente, sino de acompañarlos con una grilla entretenida con valiosas propuestas musicales.

Fotos del “Festival Buena Vibra 2025”:  Irish Suarez y Gody Mex para MP Comunicación (María Peluffo y Fede Prieu)  // Foto Cierre de Show IKV: Gabriel Imparato para Impareitor Network International Images