Zoe Gotusso cerró su residencia en el Margarita Xirgu: Diez noches superlativas de memorable cursilería pop

La afiatada artista cordobesa clausuró anoche su evento teatral en San Telmo presentando su nuevo álbum, demostración magistral de música y actuación en una fuerte secuencia de shows con localidades agotadas, público de pie en los pasillos y una joven artista sin dudas en su mejor momento artístico.

 

 

(Capital Federal – Lunes 09 de Junio de 2025) Una chica de 16 años espera con su padre al principio de la extensa fila de la calle Chacabuco al 800 desde las 19:30, vinieron desde Gualeguaychú en micro con un viaje de tres horas, compraron las entradas para el sector VIP ($60.000.-) y soportan estoicamente los diez grados de temperatura para ingresar a la zona interna del teatro Margarita Xirgu. Ubicadas detrás de ellos hay bastante más de 480 personas que, con o sin tickets, no quieren perderse la última fecha de un espectáculo que marca un antes y después en la curaduría de conciertos de la post-pandemia. Resistiendo como pueden esa insufrible espera con baja temperatura hasta que a las 20:20 se abran las puertas e ingrese el público, hay muchísimas mujeres, algunas de ellas en formato pareja, muchos hombres acompañando amigas o novias, varias que ya pasaron las cuatro décadas de Ricardo Arjona y algún menor que muestra tanto entusiasmo por ver a la anfitriona de un show teatral tan seductor como conmovedor en cada una de sus partes. Admitiendo ante medios o sus seguidores su identidad sexual, sin por ello descartar un regreso hacia la órbita hetero si sus sentimientos así lo reclaman o determinan, la audiencia que la acompaña a diferencia de otros intérpretes en esa situación está compuesta por un público de distintos contextos que se ve unido afortunadamente por algo fundamental: la cordobesa hace excelente música desde que arrancó sendero solista y nadie quiere perdérsela, presentaciones que no se convierten en exclusivo territorio de ningún sector o ghetto, mientras día a día la deslumbrante artista suma miles y miles de seguidores muy entusiasmados con lo que hace.

Zoe Gotusso clausuró anoche a las 23:00 horas su décima función en el espacio del Casal de Cataluña, un notable evento que formateó como “Pequeños Conciertos”, prolongada residencia durante mayo y junio en la que la cantautora cordobesa emuló el fenómeno de los «big artists» en Las Vegas, pero trasladado a una estética porteña más intimista, situación donde navega impactante como un submarino atómico estadounidense, haciendo galas de sus demoledores misiles pop de largo alcance, obviamente excusada en la esperada oficialización de “Cursi”, su segundo trabajo con el sello Sony Music. A sus 28 años, la contratación de esta artista por parte de la compañía disquera de la calle Cabrera, es uno de los grandes aciertos alcanzados por el presidente Damián Amato en su exitosa y prolongada gestión al frente de la regional Sur. Sin embargo esa astuta y acertada decisión del prestigioso directivo que posicionó al sello desde la fusión con BMG en 2004, choca de bruces con la postura de no publicar los discos de la figura mediterránea en CD o vinilo, una determinación que tal vez esté sustentada en que los fans de la gran cantautora provincial  ya no consumen formatos físicos. En el puesto de merchandaising, irónicamente hay velas con formas de las botitas rojas y celestes que usa la intérprete, medias, stickers y varias remeras, pero la música irónicamente brilla por su ausencia en un colorido stand que las fans chequean con gran minuciosidad e interés antes de arrancar el concierto.

Insólitamente en la lenta procesión al salón de shows, un ámbito donde se presentaron anteriormente los Redondos, Fernando Peña, Nacha Guevara o Daniel Melero en distintos momentos de una sala con historia y grandes espectáculos, surge una fuerte fragancia a pochocho, alimento top que compran seis de cada diez asistentes al evento de la delicada artista. No se trata de un filme, pero la inteligente anfitriona con el ajustado y milimétrico transcurrir de sus 17 temas, lo convierte en una maravillosa película con una puesta audiovisual plena de detalles y aciertos en tiempo real. Detrás del cortinado, con su mano abriendo suave un agujerito, canta “Un Bossa +” a capella y la gente lentamente comienza a colocar lentos y ascendentes coros para ayudarla. Se asoma muy delicadamente y comienza a cantar ahora con micrófono corbatero “Tu corazón”, mientras las voces de sus fans se ensamblan bajo un sincronismo respetuoso de la voz de esta creativa provincial, gran figura que genera un ambiente hipnótico con cada uno de sus gestos o miradas en los 77 minutos que dura esta orgía soft-pop de elevadísima concepción. Vestida con chaqueta roja con lunares blancos, falda en tonalidad colorada, unos zoquetes claros y unos zapatitos blancos, amén de su ropa interior a tono con su calzado, lucida en cruces de piernas que la mismísima Sharon Stone envidiaría por su sutileza, la estética de la ascendente artista no es un detalle menor en sus shows. Todos disfrutan entusiasmados cada tramo de la velada, desde el rockero Rocco Posca y su novia en fila 11 hasta la embarazadísima Carla Porta, gerente de promoción del sello musical, en una noche mágica gestada por esta bellísima mujer oriunda de la provincia mediterránea.

Lo primero que se percibe en su “íntima residencia” en el Margarita Xirgu, es que la anfitriona nada en las aguas operativas que navega de memoria por su delicado andar, mientras los ojos de la audiencia no se despegan de ella ni un segundo. De complexión mediana, con una similitud facial y tímidos gestos, parece la Anne Hathaway del pop continental que luce esa finura noventosa en sus actos que tenía Lisa Stanfield en sus grandes temas. Gotusso es una mujer muy delicada, donde su transformación en vivo a mayor escala histriónica, opera a modo de apropiado vehículo para mostrar canciones de una concepción maravillosa. Con buen paladar pop y mucha experiencia para ensamblar varios acordes y melodías, la cordobesa despacha impecables capuchinos sonoros que la gente degusta y canta de memoria, haciendo ostentación de esas sonrisas imbatibles para denunciar la enorme felicidad que significa estar ahí en esas convenciones en vivo, deleitándose con un gran show. Con cuerpo de modelo top y magnética sonrisa francesa, sus ojos penetrantes pueden intimidar al más pintado, cautivante exterior que ejerce una seducción universal, algo que la cordobesa destila de forma natural, mientras su conducta respetuosa plagada de cortesías la ubican entre las más queridas de las nuevas figuras del movimiento femenino. Bastante introvertida en muchas apariciones públicas, salvo contadas excepciones, durante todos sus conciertos no para de agradecer al público su presencia, apoyo y cariño, quebrándose al principio de la última fecha cuando sus ojos se humedecen inesperadamente y toma conciencia que el espectáculo de anoche, es la despedida formal de una impactante secuencia de grandes jornadas exponiendo en San Telmo lo que mejor sabe hacer.

Ganadora de un “Premio Gardel” por su disco debut (“Mi primer día triste”) publicado en el arranque de la pandemia, y ahora nominada a la edición 2025 con entrega el próximo miércoles 18 de Junio en el Teatro Coliseo, pero en la curiosa categoría de “Pop Alternativo” (una gran burrada de los organizadores), la autora de fenomenales himnos pop muy pegadizos no se cree nada y sabe que para lograr sus objetivos, conviene pensar que está arrancando todo de cero, sin subirse a ningún olimpo ni Everest de piropos oportunistas donde alguien pueda colocarla por afecto o consideración. A diferencia de muy anteriores conciertos, aquí la responsable entiende que hay que sumar otra gestualidad a sus actos, mientras sus manos, miradas y demás desenvolvimientos corporales escénicos adquieren otra dimensión en semejante proscenio. La acompaña una banda de pop-rock que respira los distintos ritmos de la performance con eficaz gracia y contundencia, pero ahora en su Las Vegas trasladado a San Telmo, Zoe cuenta con cuatro asistentes que además de darle respaldo técnico con sus instrumentos o implementos, bailan sincronizados, hacen varias coreografías disparatadas mientras sacan y colocan elementos escenográficos, personajes que además la ayudan a cambiarse de vestuario sin que ella salga de escena, algo que ocurre en un par de ocasiones tal como hacía Antonio Gasalla, pero este detrás de un biombo que aquí luce por su ausencia. Más de uno verá al cuarteto como “los Susanos de Gotusso”, pero ellos son parte vital de un argumento que pone el acento en buscados aspectos visuales, como si estuviéramos delante de un gran videoclip en vivo o una escena de ficción para mucha gente que se suma a la canción propiamente dicha..

La lista de canciones prosigue con “Vivir”, un tema donde la chica de cabello brumel se permite juguetear metiendo un solo de trompeta hecha con su voz, emulando aquél gag que hacía Rubén Blades en los ochenta para decir que había faltado ese músico. La banda cobra centralidad en “Lara”, magnífica pieza pop de claro desamor sumido en inocultable melancolía de expresiones sin términos medios. Tras cartón suena “No hay nadie como tú”, versión en castellano de “Only You” de Los Plateros que la artista incluyó en “Cursi” con un arreglo bastante parecido al que Ringo Starr aplicó en un disco solista, tramo en donde los aplausos formales dejan espacio a ovaciones en permanente crecimientos ante tanta belleza sonora para esas 550 personas, muchas de las cuales ubicadas de pie a los costados en cada sector dejan arder sus palmas, para hacerle saber a la protagonista que la están pasando bomba durante cada segundo en esa muy delicada cajita de bombones. El show se pone cargado de swing con “Amor de mis ojos” y después adopta gran coralidad con la audiencia ayudándola en “Pensando en ti”, ese contagioso cover de Paulino Moska, una pieza de impacto inmediato en quienes recuerdan ese track en su versión original. El concierto orbita firme la mitad de duración e inmediatamente después de ese cover, las luces bajan y llega “Noche azul”, canción donde la anfitriona decide bajar a la platea, para cantar a centímetros de sus fans mientras un seguidor llena de ese color las escenas de la audiencia fascinada con ese gesto de cercanía, segundos donde la joven intérprete se para en una butaca en la punta de la fila 9 para convertir inesperadamente a ese espacio, en el “escenario B” de un teatro que muta permanentemente de sensaciones con el dinámico paso del repertorio elegido.

El listado guarda tramos de sensual armonía cuando llega “María”, un genial bossa nova del nuevo milenio donde ciertas frases del tema suenan cantadas por la gente, cuando ella decide transferir esa responsabilidad vocal con pícaros gestos, mientras toca su guitarra a delicados borbotones cariocas sin olvidar un farulleo a trompeta mute con precisión. Está claro que Zoe Gotusso vive desde la salida de su primer disco una descomunal “luna de miel” con sus incondicionales fieles, que le responden educadamente y celebran con gran felicidad cada una de sus apariciones públicas, sea como número central o abriendo a los números top locales o extranjeros. Mostrando su versatilidad para convertir canciones de tercero en propias con su enfoque, suena “Amor Loco” de Emmanuel Horvilleur con esa cadencia soul jazzera con un buen solo de teclados de Amparo Basualdo, mientras Zoe le pide a la gente que estire los coros otros cuatro compases para extender ese fuerte deleite vocal de medio millar de voces construyendo afinadas un sólido bloque. “Mi primer día triste”, rock de marchoso ritmo con cuerdas sintetizadas y la guitarra de Martín Ayala en plan de fuego a munición hasta un solo incendiario, obra de pantalla para que la anfitriona salga del lugar para cambiarse por completo el look, a fin de encarar el desenlace de una muy deslumbrante velada, destinada a mostrar tal como corresponde todo lo nuevo y lo anterior cuidadosamente homogeneizado con gracia y calidad.

En “Desnuda” la arquitectura compositiva de sus temas toca un punto alto, mientras los movimientos de sus acompañantes respaldan un libreto gestado por Luciana Acuña en lo artístico y Mariano Otero en lo estrictamente musical, generándole a la anfitriona todos los complementos de una celebración pop en San Telmo con mayúsculas. En la mayoría de sus fechas de “residencia” llega algún invitado para sumarse al evento y anoche con la puntualidad apropiada, Julián Kartún (El Kuelgue) asomó al proscenio para encarar con formato de dueto “Carta para no llorar”, un enérgico mid-tempo desatando gritos y euforia en las chicas al advertir el ingreso del vocalista sumado al festín. Al listado protocolar le quedan “Ayer te ví”, esa pieza que cantaron juntos en un single Zoe y Louta, ceremonia de clausura que ubica a “Ganas”, su primer single solista iniciando el adiós mientras los espectadores comienzan a reclamar fuerte, al menos un par de bises en la última noche de este fabuloso espectáculo combinando música y actuación. Gotusso, que en el cierre del guión interpretativo actuó con un vestido cuadriculado blanco y negro con pintitas, exactamente como el fondo del decorado que la acompañó en su ventanal circular, no se hace rogar y vuelve a escena, mientras la gente de pie retoma sus ubicaciones disfrutando la sabia decisión de extender el banquete sonoro por unos minutos más.

Zoe en el primer bis invita a las plateístas más cercanos  a subir a escena a cantar con ella, pedido que en instantes depara que unas treinta chicas corran enloquecidas al borde del escenario para ser las coreutas de lujo en un final a pura intimidad. Tomando gran conciencia que la cosa puede desbordarse, frena la subida de fans con cariño y mano firme, para acomodarlas a todas muy cerca de la línea divisoria entre el escenario y las butacas, armando un fogón uruguayo con la versión de guitarra y voz de “Amándote” de Jaime Ross, no sin antes romper todo lo establecido al ver el cartel de una chica que señala que su amiga cumple años. La anfitriona le pregunta el nombre y de la nada se pone a cantarle el tema respectivo diciendo “Guillermina” en el espacio en blanco destinado a la homenajeada, acompañada por 550 voces que se pliegan a ese inusual festejo hogareño. Hasta en ese microscópico detalle, la dueña de la fiesta se permite romper otra vez la cuarta pared y mostrarse cercana a sus admiradoras, dejando de lado las supuestas distancias que una estrella musical pueda ostentar, después de vivir un lustro de crecimiento sorprendente desde su primer álbum como solista. Cerrando esa magistral faena que le baja el telón a diez noches de muy buena música, la cantante pone en juego su última carta fuerte con “Voy a olvidarme de mí”, un cumbioso pisteo de gran vitalidad vocal muy bien sostenido por Rocio Ailén en bajo y Dami Williams en batería, dupla rítmica que bombea una base contundente, mientras el público baila sin tapujos en los distintos espacios de la confortable sala.

Exponiendo una fenomenal maduración como persona y artista, Zoe Gotusso cerró fiel a su estilo su gran estadía en formato teatral convertido en su planeta interpretativo, dando a cada paso una cabal y firme demostración de su crecimiento profesional en la música, algo que la ubica como lo más importante que le ocurrió al pop argentino después de Leo García y Miranda en el nuevo milenio, cantautora que en plena pandemia demostró su brillante desempeño brindando a sus incipientes fans una notable colección de canciones. Su carrera en este lustro incluye apariciones taloneando a Maroon 5, Paul Mc Cartney, Coldplay, Natalia Lafourcade, Fito Páez y Mon Laferte, dejando en claro que lo ocurrido no es casualidad, sino fruto de una mujer decidida que dentro de ese envase algo frágil y delicado, expone a una brillante y decidida cantautora que emociona con cada historia y canción. Ofrendando una voz plena de matices dulces y afinados en dos discos cargados de talento y música, que llevan su reconocible impronta en esas historias, Zoe confirmó sin dudas con diez fechas en el Margarita Xirgu que esto que sucede en estas horas, es apenas una muy sutil y pequeña muestra de su brillantez artística, esa que transita camino a una incalculable expansión de su arte a niveles no conocidos, evolución que podrá palparse en su show previsto en Barcelona (España) el próximo domingo 6 de Julio. Ayer, cerca de la medianoche, salió sin demasiado aspaviento del teatro de San Telmo, saludando a todas las fans que resistieron el frío para tener una deseada foto y el beso de su artista favorita, caminando tranquila y relajada en su recorrida a la calle, para tomar un auto que ya la esperaba varios minutos antes para volver pronto a su hogar. Exhalando una natural y valiosa humildad, sin creerse nada a pesar de todo lo conquistado hasta la fecha, minutos antes de las 00:00 la cordobesa se marchó sonriente a su casa sabiendo tal vez que está haciendo historia sin histeria, lo cual a esta altura de los acontecimientos no es poco, nó?

Zoe Gotusso – “Pequeños Conciertos” (residencia en el Teatro Margarita Xirgu durante los meses de mayo y junio, con diez fechas agotadas) Lista de canciones: 01) Un bossa +  02) Tu corazón – 03) Vivir – 04) Lara – 05) No hay nadie como tú – 06) Amor de mis ojos – 07) Pensando en ti – 08) Noche azul – 09) María  – 10) Amor Loco (Emmanuel Horvilleur) – 11) Mi primer día triste – 12) Desnuda – 13) Carta para no llorar  (El Kuelgue – con Julián Kartún) – 14) Ayer te ví (Louta song) – 15) Ganas // Bises: 16) Amándote (J.Roos) – 17) Voy a olvidarme de mí (Duración total: 77 minutos)

 

“Pequeños Conciertos”, una realización de “Crack Producciones” con respaldo de Sony Music Argentina. Prensa de los shows: Marisa Arias. Fotos del espectáculo “Pequeños conciertos”: Sol Barqui (Agencia Noticias 1440 agradece la muy inestimable ayuda de la fotógrafa Sol Barqui para ilustrar este informe especial). Despedida formal de su residencia: Domingo 08 de Junio de 2025. Próximo concierto: Domingo 06 de Julio en Barcelona (España).