La música argentina fue la gran protagonista en el cierre de la 49 Feria del Libro

En una jornada con importante asistencia de público, “Tango 64”, “Pipo Cipolatti y los de Negro” junto a “Kevin Johansen & Liniers” ofrecieron grandes conciertos en una muestra literaria que ratificó la grave crisis que vive este sector cultural.

 

(Capital Federal – Lunes 12 de Mayo de 2025) El clásico de todas las temporadas aparece absolutamente herido de gravedad, con una industria literaria que no cesa de manifestar un empecinamiento terapéutico para combatir la crisis que lo afecta desde mediados de 2003, dramática situación que desnudó que la 49 Feria del Libro, a pesar de los loables intentos que ejercen sus organizadores, donde estos no puede contrarrestar una oxidada estructura de editoras que mantienen su encaprichada tesitura de seguir publicando textos intrascendentes, autores impresentables y otros personajes que amparados en una supuesta respuesta de seguidores digitales, se creen totalmente capaces de publicar sus estupideces considerando que hacer un libro, asoma para todos ellos exactamente igual que filmar un horrible y vomitivo video de TikTok en sus muy nauseabundos celulares de moda. A los gravísimos problemas económicos surgidos de la inflación entre 2003 y 2015 por aquellos bochornosos manejos políticos nacionales ligados al falso socialismo, el valor del papel llegó a las nubes y ninguno supo ponerle freno en su momento a esa irracionalidad seudo-popular, sin olvidar que hoy el elevadísimo precio final de un libro es un disparate por el tipo de producto que se ofrece.

Si la industria no recapacita, la edición número 50 los hallará exhibiendo sus fracasos en un triste galpón con menor espacio que este destacado espacio en el famoso cruce de las avenidas Santa Fe y Dorrego. Desde la inauguración con duros incidentes provocados por manifestantes políticos de fuerzas políticas que odian la democracia, hasta la presencia de candidatos legislativos a la búsqueda de votos indefinidos, la edición 49 de la Feria del Libro olvidó su objetivo de consolidar el formato físico, sin ejercer como corresponde una apropiada seducción en los consumidores de un valiosísimo objeto cultural que en estos tiempos languidece entre una brutal carrada de pésimos autores, sin olvidar la vergonzosa y enfermiza utilización del celular como polémica unidad central formativa en todas las nuevas generaciones. Los auspiciantes cada vez tienen menos interés en respaldar estas realizaciones anuales en La Rural, porque otros sectores de la industria aprovechan esta masiva reunión social para difundir estructuras que conspiran contra el mundo literario.

Aunque la jornada de cierre está prevista hoy en el enorme predio de La Rural, anoche las principales editoriales comenzaron a última hora a desarmar sus stands, entendiendo que el arranque de la semana no ameritaba tener tanta infraestructura ensamblada en una fecha laborable, cuya asistencia de visitantes es sencillamente paupérrima. Por eso cuando los relojes marcaban las 19:00 horas, la mayoría de los locales de atención comenzó el lento desarmado de esas estructuras. Un rato antes, en el playón externo comenzaron algunos eventos musicales, con uno de ellos montado en un trailler a pocos metros de la avenida Santa Fe. Los responsables de abrir ese escenario fueron los integrantes del exitoso grupo “Tango 64”, una orquesta moderna de integrantes que recorren el repertorio de los años ‘50s, ‘60s y ‘70s con mucha precisión y cuidado, demostrando gran interés y pasión en el circuito de conciertos que brindan a lo largo del año en distintos lugares del país. Pasadas las 18:45 horas y con un repertorio muy entretenido, el conjunto arrancó su espectáculo ante unas 1000 personas que celebraron esa actividad musical en medio de tanto ruido en el interior de la muestra literaria, con parlantes aturdidores promocionando elementos que no aportan absolutamente nada al consumo del añejo objeto cultural.

Aludir a una estructura abocada por jóvenes interesados en el tango no generaría muchas novedades o demasiadas diferencias con algunos conjuntos que encaran esa colección de composiciones, pero aquí en este caso la sustancial y definitiva diferencia es que dentro de la formación que ya lleva varias temporadas de éxito, se encuentran Patricio Pérez y Esteban Zanardi, integrantes del grupo tributo “The Beats”, banda que hace 38 años que encara la discografía de “The Beatles” con una precisión deslumbrante. Patricio en el rol de George Harrison y Esteban en el papel de Ringo Starr, son ya artistas consagrados que ahora se desdoblan durante cada temporada en esta habitual actividad tanguera, muy bien acompañados por la vocalista Ana Castro en un evento que seduce por su consistencia melódica. Ante un público sorprendido en el sector externo por este evento del 2 x 4 bien elaborado, el recital urbano deparó conocidas y gloriosas canciones en la voces de Pérez y Castro, una dupla que sonó muy bien respaldada por el team instrumental comandado por Esteban Zanardi desde su piano eléctrico. Dando destacada respuesta al numeroso público que los vio en ese particular espacio al aire libre, el grupo ahora repetirá su seductor ritual urbano este jueves a las 21:00 horas en el conocido club Torcuato Tasso en el barrio de Barracas.

Exactamente a las 20:00 horas, en ese mismo trailler preparado para ver recitales con muy buen sonido a una altura apropiada, llegó Pipo Cipolatti, en esta oportunidad acompañado por el grupo “Los de Negro”, integrado por Saul en (bajo), Tato (guitarra), Farsa (batería), Lautaro (teclados) y Lisy (cantante principal). A finales del viejo milenio y por decisión de su histórico líder, la nomenclatura de “Los Twist” desapareció como tal, aunque todos los espectáculos que protagoniza el fundador de este grupo mantienen afortunadamente el maravilloso repertorio de esa banda, pionera en el rock-pop humorístico, una tendencia de elevado valor cultural que tiempo más tarde refrendarían algunos intérpretes o también la gama de proyectos continuadores que el pelirrojo intérprete encaró, tras disolver ese gran conjunto surgido a principios de los ‘80s. En ese trailer y recibidos por una muy extensa ovación, Pipo y en este caso “Los de Negro”, por estar vestidos todos  los integrantes de manera total con ese color, a excepción de sus camisas, encararon un repertorio que tiene su estructura central en el álbum “La dicha en movimiento”, álbum y cassette publicado el 17 de octubre del año 1983, título que responde al nombre que la Policía Federal asignaba de una manera interna en todos sus comentarios operacionales, a la sustancia ilegal que surge del procesamiento químico de las hojas de coca (cocaína).

Respaldado por una banda muy eficaz, contundente y adecuadamente afilada el show se puso en marcha con la contagiosa “Jugando Hulla Hulla”, con la vocalista Lisy al frente de la banda acompañada por el anfitrión del show, ágil apertura que se continuó con la rítmica obra “En el bowling”. Minutos después, la voz protagónica pasó a manos de Pipo, quien con su inoxidable humor mantuvo muy entretenido al público con sus comentarios y gags sin freno alguno. Así llegó “25 Estrellas de Oro”, ese clásico que en su letra cuenta que en la famosa moto del General Juan Domingo Perón estaban ubicados “Los Twist”, letra que no tiene desperdicio alguno. Tras cartón Cipolatti se permitió cantar una canción de esas que no suele estar muy frecuentemente en sus shows, divertidos segundos donde el pelirrojo vocalista interpretó “El Padrecito Cordobés”, una graciosa viñeta de perfil eclesiástico en tiempos de un nuevo papado poniéndose en marcha. Tras cartón llegó “Salsa para vivir”, otra de las inmaculadas piezas del disco debut del grupo, tras lo cual nuevamente el anfitrión prefirió por unos isntantes correrse bastante veloz del repertorio tradicional, interpretando el casi desconocido tema “El Papá de Abraham”, otro de esos “lados B” que contempla su obra desde principios de los ‘80s.

Cediéndole la posta a su destacada cantante Lisy, llegaron dos joyas de la ópera prima de esta formación nacional como “El Twist de Luis” y “Cleopatra, la reina del Twist”, temas que convirtieron al proscenio externo nocturno en un volcán pop muy arengado, tras esa secuencia de maravillosas canciones que tiene ese primer opus de aquella banda. Pipo y Lisy en conjunto cantaron “El primero te lo regalan”, sostenidos por una base rockera sin miramientos que demostró la excelente curaduría que tiene Cipolatti a la hora de armar cada una de sus formaciones. Nuevamente con su cantante femenina en rol protagónico y Pipo secundándola, llegó “Ricardo Rubén”, otra hilarante página pop con destacada letra y un arreglo twistero sencillamente demoledor. Entre tema y tema, el legendario músico que formó tiempo más tarde el ensamble de rock cristiano “Los Parroquia”, aprovechó la circunstancia de estar actuando en vivo en una muestra de neto tono literario, para encarar primero “a capella” y segundos más tarde acompañado por sus músicos el muy tradicional “Himno a Sarmiento”, dejando en claro el pelirrojo artista que puede asomar loco o muy disparatado en sus apariciones, pero que no come vidrio y está en un notable sincronismo  con la realidad que nos circunda. La fantástica fiesta pop en ese escenario muy cercano a la Avenida Santa Fe terminó con dos golpes creativos de knockout impactantes como “El estudiante” (que incluyó solos de todos los instrumentos en escena) y la inconfundible “Pensé que se trataba de cieguitos”, una joya pop inquebrantable al paso del tiempo. Este recital de Pipo Cipolatti acompañado por Saúl, Tato, Farsa, Lautaro y Lisy en vivo, dejó en claro que cuando el conocido músico quiere, puede seguir renovando su reinado en la escena pop más ligada al humor reflexivo, ambientado en una escena popular de gran altura.

Al domingo musical todavía le quedaba el espectáculo central, previsto sobre el pequeño escenario de una plataforma de streaming, plafón de show armado a pocos metros de esa habitual parcela arenosa utilizada para desfiles y actos conmemorativos. Aprovechando esa aparición en La Rural, Kevin Johansen y Liniers volvieron a presentar el espectáculo conjunto que inauguraron durante el año 2009, en el cual Kevin repasa gran parte de sus canciones mientras Ricardo Siri (Liniers) realiza en vivo diferentes dibujos relacionados con los temas interpretados por su compañero artístico. En esta oportunidad, el concierto sirvió como excusa para promocionar el nuevo álbum “Desde que te Madrid” publicado por Sony Music Argentina, un concierto que la gran dupla concretó en vivo en la capital española en los últimos meses, material que ya se encuentra a la venta, detalle que pudo comprobarse con un destacado stand ubicado al costado del escenario no solo con ese álbum físico, sino con otros lanzamientos anteriores del exitoso artista nacido en Alaska. Exactamente a las 20:00 horas y con mucha calma en el área de trabajo, Kevin (sin banda, pero con guitarra y secuencias) y Ricardo “Liniers” Siri con su gran  tablero televisado en una pantalla gigante ubicada detrás del escenario, comenzaron un divertísimo espectáculo con múltiples variantes y alternativas.

El repertorio en este show guardó relación parcial con parte del nuevo disco de Johansen junto al dibujante grabado en la madre patria, concierto que se puso en marcha con esa pegadiza pieza llamada “Es como el día”, tras la cual llegó ocurrir sin demasiadas pausa  “Modern Love”, esa bellísima versión del tema de David Bowie. La lista seleccionada a tono con un evento de estas características continuó con “No voy a ser yo”, “Baja a la tierra”, “Sur o no sur”, “Mc Guevara o Che Donalds”, “La hamaca”, “El círculo” y una cuidada versión de “La chanson de Prevert”. Tal como suele ocurrir en sus más recientes apariciones en vivo, a mitad de espectáculo, los protagonistas invirtieron los roles, bloque donde Liniers se calzó un doble cuatro, diminuto instrumento que tiene como su nombre lo indica tan solo cuatro cuerdas. Armando pequeños acordes de manera prolija, mientras Johansen se ubicaba cómodo en el tablero iniciando su dibujo, Ricardo Siri aprovechó la presentación para señalar que apenas con cuatro acordes se podían componer un montón de temas con buena estructura melódica. Lo que vendría instantes después fue una genial manera de tomarse a la música pop con muchísimo humor, mientras Kevin, entusiasmado con los pinceles iniciaba su obra con muy cuidadosos y medidos bosquejos.

Liniers, con esa maravillosa veta humorística que lo caracteriza, pero manteniendo una gran prolijidad al frente del escenario en ese rol de músico, encaró ocho canciones que según su análisis tienen esos cuatro acordes, los cuales no pudo identificar musicalmente, llamándolos simplemente “uno, dos, tres y cuatro” (risas). En un bloque muy desopilante pasaron éxitos como “Under the bridge” (Red Hot Chili Peppers), “True Colors”(Cindy Lauper), “”With Or Without You” (U2), “Take On Me” (A-ha), “No Woman No Cry” (Bob Marley), “Barbie Girl”(Aqua), “Waka Waka”(Shakira) y “Yesterday” (The Beatles), mientras la audiencia celebraba enromes carcajadas esa amena ocurrencia del dibujante. El desenlace de ese desopilante tramo, ya cuando Johansen había culminado su dibujo fue la presencia del cantante detrás del pintor, para ejecutar a cuatro mano aquél instrumento de doble mango ese gran himno del rock inglés llamado “Creep” (Radiohead), secuencia que las casi 2000 personas reunidas en el lugar celebraron divertidas con mucha felicidad esa inversión de tareas sobre escena. Pero al show de cierre en La Rural todavía le faltaba un nuevo tramo de canciones a cargo de Kevin, bloque que reunió en esos 45 minutos de clausura una gama de hits atemporales del músico argentino.

Ya con la ayuda de un secuencer con pistas preparadas para esa situación, sonaron “Desde que te perdí”, “Sos tan fashion”, “Down with my baby” (recordado éxito de la telenovela “Resistiré”), “Anoche soñé contigo” y “Guacamole”, canción en la que Liniers cedió su tablero al dibujante Miguel Rep, invitado visual que ilustro esa pista con una ilustración del “Eternauta” aludiendo a la conocida comida mexicana, en tanto que Ricardo Siri bajó del escenario para armar un “trencito de festejo” acompañado por parte del público dando vueltas cerca del sitio de show. Aún con lo reducido del proscenio para dicho evento, por esas cosas del destino, la amena talentosa dupla de artistas se las ingenió para que unas veinte personas del público pudiesen subir veloz allí al  escenario a bailar la contagiosa “Cumbiera Intelectual”, mientras el resto hacía palmas y coros desde la parte inferior. El cierre de una colosal actuación encontró a este dueto de artistas cantando “Fin de Fiesta”, una entretenida noche donde también en un pasaje del concierto se desarrolló un sentido recordatorio del baterista “Zurdo” Roizner, fallecido el 14 de enero de 2024. Con el frío y el reloj marcando firme los tiempos, el gran concierto de clausura de la 49 Feria del Libro culminó exitoso a las 21:28, mientras la audiencia iniciaba el lento éxodo por la salida de la Avenida Dorrego, tras una triada de destacados recitales que pusieron la cuota de calor y entretenimiento a una muestra que en todo ese mes de actividad hasta su cierre, había generado muchísimas polémicas que situaciones destacadas en lo cultural.

 

Fotos 49 Feria Internacional del Libro : Gabriel Imparato (Noticias 1440)