La banda guiada por Gorgui Moffatt evocó los 50 años de “Wish You Were Here” con un show magistral, evento que repetirán a fin de este mes en La Plata y luego en San Isidro.
(Capital Federal – Domingo 17 de Agosto de 2025) No es una escena sacada de algún viejo capítulo de los “X-Files”. Más de 200 personas durante unos 90 minutos pasan por la boletería del Teatro Devoto (Avenida Lincoln 3815), preguntando si quedan entradas para el concierto y la chica de la boletería, shockeada y desconcertada en partes iguales, no tienen otra que asumir el papel de villana diciendo una y otra vez que ya no quedan tickets disponibles para el concierto. La conmoción en el barrio de Devoto, en uno de los sectores inmobiliarios más requeridos por los potenciales adquirentes, es absoluta, a tal punto que los propietarios de los lujosos chalets en la cercanía de este complejo teatral no dan crédito a lo que están presenciando un fin de semana en ese muy concurrido sitio con eventos culturales. Centenares y centenares de espectadores esperan en una fila que rodea las cuatro manzanas del espacio cultural escogido, con un poderoso entusiasmo que lleva a todas las vecinas de la zona a cuestionarse que puede estar generando en ese sitio un despliegue de admiradores, mientras los organizadores de la sala en el sector lindante a las vías del Ferrocarril Urquiza apuran los pasos para dar puerta y contener ese incesante tránsito de espectadores ansiosos por ubicarse para ver el concierto anunciado.
Más allá de esta detallada presentación musical en una sala que se está convirtiendo en el nuevo lugar donde los artistas quieren mostrar sus proyectos terminados, hay que bajar a tierra lo verdaderamente sucedido anoche, por más que algunos lectores se permitan con todo su derecho cuestionar hasta donde puede resultar exagerado lo que contaremos en los próximos párrafos informativos. Si nos remitimos a lo estrictamente real, sin dudas todos coincidirán que la famosa banda de rock “Pink Floyd” como tal con su cuatro integrantes fundadores, desarrolló su última actuación en vivo el 2 de julio de 2005 en Londres, con motivo del festival “Live 8”, un evento benéfico del que participaron numerosas figuras de la escena musical surgidas antes y después del cruce de milenios. Años más tarde, los fans debieron asumir con dolor y resignación la muerte de Richard Wright, gran tecladista de la banda, quien falleció el 15 de septiembre de 2008 a los 65 años tras una batalla muy desigual contra un prolongado cáncer. Desde ese momento a la fecha, jamás los restantes integrantes del conjunto avalaron reunirse para reflotar esa formación, conjunto que sigue en la consideración general de varios millones de melómanos alrededor del mundo que no se cansan de venerar a esta legendaria formación de rock progresivo.
Si nos remitimos a los hechos concretos, los tres restantes integrantes de la muy recordada agrupación de rock sinfónico jamás mostraron interés en reunirse, porque a juzgar por los hechos acaecidos desde fines de 2005 a la fecha, la relación entre la dupla de guitarra y teclados con el bajista está prácticamente destrozada. Esos tres caminos musicales están signados por diferentes conductas: Mientras Nick Mason se muestra muy remiso a tocar en vivo, observando una vida más que sedentaria gracias a los copyrights que le permiten vivir sin dramas las temporadas en progreso, dos realidades contrastadas aparecen firmes en el actual horizonte artístico que provocan indescriptible y lapidaria desilusión en la no dimensionable cifra de seguidores que el grupo acumuló en varias décadas de carrera. El bajista, compositor y cantante Roger Waters, amén de exhibir un envenenamiento woke donde muestra su odio por Israel y la administración Trump, en los últimos años decidió regrabar algunas de las obras que hizo con su mítico conjunto, con un resultado nefasto y bochornoso. Mientras se mantiene a favor de grupos que profesan actos de terrorismo en la zona oriental del globo terráqueo, sus conductas provocan polémicas y vergüenza, algo que los argentinos constataron en su última y patética visita al país. Por su lado, David Gilmour sigue con su exitosa carrera como solista, donde prevalecen bastante en vivo las nuevas canciones como solista, incluyendo algunos clásicos de su autoría en la banda que lo hizo mundialmente famoso, pero sin refrendar en los conciertos un formato que pueda entenderse como una relectura conceptual de aquella banda que lo tuvo como líder tras la partida de su añejo socio en la escritura y presentación de discos conceptuales.
A juzgar por los hechos ocurridos muy elocuentemente anoche, pero enmarcados en los últimos veinte años de actividad, hay una situación que nos pone a prueba a quienes en medio de la tristeza que significa el presente de esos tres artistas ingleses, abocados en este momento de sus vidas a contrastantes realidades musicales o personales, muy lejos de aquél glorioso pasado, observamos un hecho que nos coloca en la dura disyuntiva de creer o reventar. Abrazando la primera de esas opciones, hace muchos años que existe una muy excelente noticia para quienes aman la música del famoso conjunto progresivo surgido en el Reino Unido a mediados de los ‘60s. Aunque suene carente de cordura o teñido de alguna psicosis que podría alterar el sano juicio, hay que decirlo con todas las letras. “Pink Floyd”, la banda de música progresiva que marcó un antes y después no solo en la industria editorial sino en la concreción de espectáculos masivos, se encuentra en las últimas dos décadas alojada en Argentina, ofreciendo una regular cifra de actuaciones no solo en Buenos Aires y otros lugares del país, sino saliendo de gira mundial en diferentes territorios del viejo continente. No es un chiste, una broma o una estafa. La música que emocionó a millones en tantas décadas, está actualmente interpretada en Argentina por una docena de personas que suben a escena y por espacio de inolvidables 140 minutos, nos permiten creer que esa banda permanece intacta tocando delante de nuestras narices. Eso sí, para despistar a los investigadores, se hacen llamar “The End” y hace tiempo que sumergen a miles de espectadores en inolvidables performances donde uno no tiene dudas que está viendo a “Pink Floyd” en sus mejores épocas.
David Gilmour,Nick Mason y el fantasma moral de Roger Waters pueden permanecer en sus casas ampliando la dimensión de sus barrigas, disfrutando lo que lograron mucho antes de la caída de las Torres Gemelas. En Argentina, cuando queremos ver en vivo al conocido grupo inglés “Pink Floyd”, nos basta buscar en la cartelera de recitales donde toca “The End” y después de adquirir los tickets, saber que estaremos delante de aquél conjunto que marcó un antes y después en la escena del sinforock hace cuarenta años con temas tan irresistibles como inolvidables. Nuestra nación disfruta de un curioso, insólito y subyugante hecho que con la simple constatación, nos permite comprender de inmediato, que aquella banda que sacudió la escena mundial con recordados álbumes, hoy se halla alojada en Buenos Aires preparando espectáculos para sorprendernos una vez más cual fuere la excusa elegida para salir a tocar. En esta ocasión, el motivo para acercarse a la zona barrial de Devoto es el 50 Aniversario del lanzamiento de “Wish You Were Here”, una de las producciones discográficas más logradas en toda su carrera, experiencia que el afiatado proyecto de “The End” decidió homenajear tocando completo el material de ese histórico vinilo.
En esta oportunidad, la banda que lidera el fantástico cantante y productor Gorgui Moffatt se trasladó al barrio de Villa Devoto, ocasión en la que no solo se presentaron por primera vez con este proyecto (antes habían estado con las “Fiestas Backline”), sino que lograron en medio del arribo primaveral agotar tickets varios días antes de la fecha de actuación, a primera lectura una fantástica noticia en semanas donde las grandes estrellas del exterior no logran llenar los estadios para sus conciertos, sean lugares modernos o aquellos viejos espacios de espectáculos que resisten por su capacidad o condiciones técnicas. “Wish you were here” es el disco con el que «Pink Floyd» rindió un elocuente tributo a la partida de su referente inicial Syd Barret, quien por razones mentales ya estaba más para un internado que para una gira mundial o meses grabando en un estudio. Este álbum contiene muchos clásicos del conjunto y han sido incluídos dentro del repertorio que interpreta “The End” en su catálogo de shows, en distintas épocas de su evolución como performers en vivo, un disco que jamás habían tocado de manera completa en un recital. La gran noticia para los que aman esta música, es que en esta oportunidad, la formación argentina decidió colocar de manera completa al comienzo del evento, provocando así un impacto muy especial.
Por eso, cuando quince minutos después de las 21:00 hs se apagaron las luces y casi un millar de personas quedaron ubicadas a oscuras esperando el inicio, la banda subió con su demoledor profesionalismo a plantear algo que sus propios involucrados no terminaron de entender por modestia o tener domesticados sus egos. “The End”no es una banda tributo de las cientos que deambulan en Argentina permanentementetocando lo que venga, sino algo mucho más complejo. Este equipo artístico liderado por Gorgui Moffatt supera con creces ese concepto y acercarse a ver un espectáculo con la firma de estos responsables, es de manera contundente y efectiva, sumergirse en la experiencia de estar en un ámbito donde no están tocando intérpretes locales, sino la mismísima banda inglesa que tantos años conquistó al mundo con sus discos y complejos formatos escénicos. Como será de importante lo que hacen, con la madurez, profesionalismo y respeto que ostentan, que los mismos integrantes del grupo Pink Floyd les permitieron usar la totalidad de sus videos o estructuras visuales para llevar a cabo sus conciertos, después de comprobar con la pasión que encaraban esta música y su interpretación en vivo. “The End”no es un “homenaje” a Pink Floyd, es esa banda subida a un escenario donde los arreglos e interpretaciones dan al espectador la inequívoca sensación que por esas curiosas cosas del destino están frente al grupo que toda su vida desearon ver en vivo, sin tener que salir del país. La recreación está tan bien lograda, que en algunos momentos, por no decir la totalidad, uno puede sin miedo cerrar los ojos y vivir la experiencia de sentir que está ubicado en un concierto del conjunto inglés desarrollado en Argentina. ¿Cuántas “bandas tributo” pueden provocar una experiencia de esa clase, a excepción de “The Beats”o “Dr Queen”? Por eso vivir un recital del afiatado ensamble argentino, es uno de los mayores lujos interpretativos que el público de este país puede vivir con plenitud en los últimos 30 años, escuchando trabajos de esa formación inglesa tan icónicos como inolvidables.
El concierto ofrecido en el Teatro Devoto arrancó con la secuencia de “Shine on you crazy diamond (1-5)”, “Welcome to the machine”, “Have a cigar”, “Wish you were here” y “Shine on you crazy diamond (6-10)”, tras lo cual asomó un video de unos 2 minutos en los que la audiencia pudo interiorizarse de varias características técnicas de ese trabajo, incluyendo también ciertos aspectos industriales que no suelen ser muy difundidos, lo que convirtió al primer bloque en una deslumbrante “masterclass” sobre «Pink Floyd» en torno al noveno álbum de estudio de ese conjunto del Reino Unido. Lo que vino después fue un entramado de temas de distintos tiempos, el cual comenzó con “One Slip”, del registro “A Momentary Lapse of Reason” (2019 remix), para ceder la posta a una esperada suite con canciones de “The Wall”. Fue así que sonaron, con una dantesca perfección éxitos de un nivel mayúsculo como “In the flesh”, “The happiest days of our lives”, “Another brick in the wall – Part 2” y “Mother”. Ese segundo episodio del gran espectáculo culminó con la etérea “Learning to fly”, una canciòn acompañada por todos los bloques de videos que la composición tuvo al momento de ser oficializada hace varias décadas. A esta altura de la performance, la grúa del Automóvil Club Argentino seguía levantando mandíbulas del suelo en esa destacada sala, con espectadores totalmente shockeados de presenciar algo que solo existía con algo de suerte en su imaginación. “Pink Floyd” estaba tocando en el “Teatro Devoto” y hasta los mismos operadores de sala o empleados rasos por algunos segundos se asomaron a la sala, para dar crédito a un evento internacional en ese sitio.
La recta final de composiciones incluídas en esta actuación arrancó con “Time”, donde obviamente las proyecciones de los relojes acapararon la atención del público. Tal como sucede en todos sus eventos, la formación argentina ejecutó “Greag gig on the sky”, un clásico de los ingleses que permite el lucimiento de las tres coristas del grupo, momento donde las tres damas de la banda argentina dejaron en claro porque ocupan esos lugares de privilegio en el ensamble coral de la banda. Dentro de la evocaciòn de “El otro lado de la Luna” como era de esperar los músicos tocaron “Money”, para luego abocarse a esta fase psicodélica que los britànicos ostentaron con reconocidos temas como “Damage Brain” y “Eclipse”. Para el cierre llegaron del neto período Gilmour como conductor del grupo la diáfana “High Hopes”, coronada por esos gigantescos globos que coreografiaron esa pieza y “Comfortably Numb”, el mayor aporte del guitarrista a ese topacio sinfónico de rock llamado “The Wall”. Unos pocos segundos fuera del escenario para reponer algo de hidratación y respirar más relajadamente, abrieron camino a los bises, realmente muy bien escogidos para finalizar un espectáculo de este porte. Fue así que la banda tocó la contagiosa mid tempo “Coming back to life”, ese bello tema que el guitarrista británico compuso para su pareja Polly Samson, cerrando con un hit demoledor como “Run like hell”, uno de los tracks finales del disco doble sobre “la pared”.
Ovacionados de manera contundente por la audiencia y permaneciendo no menos de 5 minutos ante los aplausos y gritos de respaldo, recién ahí el conjunto argentino abandonó el escenario, aunque habría que decir en verdad, que quienes se bajaron de la sala a pocos metros del Ferrocarril Urquiza fueron los mismísimos “Pink Floyd”, en una inesperada y shockeante estadía en esa moderna estructura teatral. La valiosa formación comandada por el vocalista y productor Gorgui Moffattrepetirá esta singular experiencia recordando el trabajo “Wish you were here” el próximo sábado 26 de septiembre de 2025 en el Teatro Municipal Coliseo Podestá de La Plata, un espacio cultural ubicado en la calle 10, número 733, entre las calles 46 y 47 de la famosa ciudad de las diagonales. Posteriormente, esta notable banda repetirá esta experiencia musical de alto impacto en el Teatro Marín de San Isidro el viernes 7 de noviembre(Libertador 17.115), una intensa agenda que no excluye antes del cierre del calendario actual año alguna actuación en Buenos Aires, para dar respuesta a los pedidos de sus fans en este sector de la Capital Federal.
Entradas para “The End – Wish you were here 50 Aniversario) en el Teatro Coliseo Podestá de La Plata – Viernes 26 de Septiembre de 2025 a las 21:00 horas
Ficha Técnica “The End – Wish you were here – 50 Aniversario – Teatro Devoto – Sábado 16 de Agosto de 2025 – 21:00 horas” (Lista de temas: 01) Shine on you crazy diamond (1-5) – 02) Welcome to the machine – 03) Have a cigar – 04) Wish you were here – 05) Shine on yoy crazy diamond (6-10) – 06) One Slip ( A momentary Lapse of Reason 2019 remix) – 07) In the flash – 08) The happiest days of our lives – 09) Another brick in the wall Part 2 – 10) Mother – 11) Learning to fly – 12) Time – 13) Greag gig on the sky – 14) Money – 15) Damage Brain – 16) Eclipse – 17) High Hopes – 18) Comfortably Numb – 19) Comino back to life – 20) Run like hell) Intérpretes: Matías Enrique Dietrich (guitarra) – Eugenio Carlos Tripar (samplers) . Martín Lopez Camelo (saxo) – Mariano Carlos Romano (guitarras) – Juan Folatti (bajo) – Hernán Gabriel Simó (piano) – Alejandro Joan Pérez Sarmenti (batería) – Carlos Mario Kleppe (teclados) – Gorgui Moffatt (voz líder – teclados – percusión) – Alejandra Peralta Ramos (coros) – Lorena Alvarez (coros) – Constanza Manigot (coros)
Fotos “The End – Teatro Devoto – Sábado 16 de Agosto de 2025” y Revisión histórica de área:Fabián Loyato (Agencia Noticias 1440)