
La notable pieza “Empieza con D siete letras”, que tiene funciones de miércoles a domingos en el Teatro Politeama, escrita por el realizador cinematográfico junto a su pareja Cecilia Monti, desnuda un planteo con situaciones que impactan en el espectador de distinta forma en un entrañable fresco de la realidad nacional.
(Capital Federal – Jueves 16 de Enero de 2025) Convertido a muy pocos días de su estreno en el evento teatral más exitoso de la temporada que recién arrancó, “Empieza con D siete letras”, el nuevo material original del notable realizador Juan José Campanella que ofrece funciones de miércoles a domingos en el Teatro Politeama (Paraná 353), apunta en pocas jornadas a convertirse en el espectáculo más importante del género en el calendario 2025, con una historia que mezcla el drama y la comedia en proporciones exactas brindando al espectador, la chance de disfrutar una historia tan propia de nuestra realidad interpretada por un elenco sin fisuras. La espectacular sala que comandan el autor de “El mismo amor, la misma lluvia” junto a sus socios comerciales, es el moderno y cálido ámbito donde una gran estructura narrativa protagonizada por Eduardo Blanco y Fernanda Metili propone al espectador sumergirse en muchas conductas de la vida real, corporizadas desde el humor y al mismo tiempo con el dolor que varias de ellas traen aparejadas a la sociedad.

Este libro teatral creado por Juan José Campanella y su pareja Cecilia Monti, responsable además de la escenografía y el vestuario, propone centralmente es una muy dinámica y entretenida comedia para reírse mucho, emocionarse con situaciones que vivimos todos los días en nuestra urbe social y replantearnos qué significa empezar emocionalmente de nuevo en la vida, cuando algún designio o tragedia ha golpeado en nuestra existencia. La historia de esta valiosa dupla autoral ubica a los protagonistas del relato en la esterilizada sala de espera de un consultorio dental, cuando estos personajes comparten el lugar para ser atendidos de una manera muy inesperada. Por un lado está Miranda Delgado, una joven profesora de yoga recientemente separada que ya cruzó velozmente los 30 y se mantiene firme, verborrágica, carismática, sin olvidar un humor de motosierra tan afilado como su lengua, en un encuentro insospechado con Luis Cavalli, un simpático médico ya retirado que pasó los 60, buscando de la forma menos complicada, asumir su reciente y dolorosa viudez, en una ambigua búsqueda del inhallable manual de instrucciones para adaptarse al nuevo mundo, desde la opresiva soledad tras la pérdida del ser amado.

Intercambiando palabras y gestos de cortesía en un lugar donde la incomodidad por todos los tratamientos bucales son elocuentes, la historia los unirá primero resolviendo algunos acertijos de una revista de crucigramas abandonada allí, para luego pasar al intricado y curioso camino del conocimiento cuando una perceptible diferencia de edad entre ellos jaquea todos los sentimientos existentes. Ese inesperado romance totalmente plagado de risas, ironías, gestos insólitos y momentos profundamente humanos, provocan que el amor entre ambos circule bastante enloquecido en ese torbellino emocional, donde ambos buscan agradar al otro cediendo todo para encontrar el íntimo afecto perdido por distintas situaciones. “Empieza con D, siete letras» es al mismo tiempo bucear profundamente en la profusa vulnerabilidad de dos almas que, sensiblemente cascoteadas por varios golpes emocionales, entienden sorpresivamente que hay una poderosa chance de una segunda vuelta en sus corazones. El camino no será fácil, pero Miranda y Luis aceptan recorrerlo, por más que familiares u otras personas aparezcan en el momento menos apropiado para colocar injustas piedras en un temeroso camino de reconstrucción.

Juan José Campanella propone al espectador una mágica comedia romántica con tono y costumbres argentinas, esas que maneja a la perfección en todos sus trabajos, delineando una pareja protagónica que se propone unir sus sentimientos dentro de un panorama lleno de humor cotidiano, cuando ambos desde una inoxidable ternura apuestan al amor aunque se trate de un antipático consultorio dental. Quienes disfrutan de aquellas historias en las que podemos reírnos de nosotros mismos, encontraran en esta muy conmovedora pieza un carrousel vertiginoso de humor inteligente y mucha picardía gramatical, donde ciertas afirmaciones de los protagonistas también ponen de manifiesto la poderosa lupa social de los autores. Que la profesora de yoga, escuchando los actuales e insufribles ritmos urbanos musicales diga lo más desacartonada que “la música actual es una mierda”, es apenas la filosa punta de un iceberg de planteos que la dupla de escritores ha colocado en medio de esas entretenidas vivencias de dos seres entregados al amor, sin anestesia verbal en una sociedad bastante hipócrita para evitar romper algunos oxidados mandatos de bochornosa correción política.

La precisión milimétrica desde la dirección para ajustar cada detalle de los personajes en el escenario, lo encuentra a Campanella haciéndose un festín de calibración histriónica con momentos majestuosos de los protagonistas, dejando en claro su magia para mostrar costumbrismos y situaciones cotidianas desde un prisma implacable que no está exento de asomar vaporizado con un humor tan demoledor como locuaz. Eduardo Blanco dota con su experiencia interpretativa de rasgos elocuentes sin anestesia al añejo médico que dejó su profesión, mientras la brújula de sus sentimientos no halla el norte, hasta que conoce a la adrenalínica profesora física que no parece pisar el freno ni siquiera en las curvas. Las clavijas ajustadas en su punto exacto por el talentoso director, destinadas a potenciar sin titubeos cada una de las acciones en escena que Fernanda Metili insufla a su personaje, logran que esta actriz desarrolle sin dudas el mejor papel profesional de toda su carrera a la fecha, liderando una historia donde esta maestra de yoga sorprende permanentemente al espectador con sus divertidas reacciones y los notable gestos que acomete, protagonizado situaciones enormemente graciosas. Junto a esta calificada dupla central de intérpretes, acompañan muy bien en sus participaciones en la pieza Gastòn Cocchiarale, con un sincronizado tramo de doble personaje en tiempo real, y Maru Zapata, personificando a la recepcionista del tradicional consultorio privado con el vigor necesario.

Desdoblado entre el estreno teatral de esta obra, la dirección de algunos capítulos de una nueva temporada de la serie estadounidense “La ley y el orden”, amén del muy farragoso proceso de animación de “Mafalda”, Juan José Campanella se las ingenió para colocar de inmediato al espectáculo en la consideración general con «Empieza con D, siete letras» una pieza muy querible, donde sus protagonistas nos sumergen en el caos de la realidad cotidiana, tamizando esa áspera atmosfera social con mucho humor y reflexiones ajustadas. La escenografía expone gran cantidad de recursos modernos y excelente iluminación, mientras esta pareja despareja se permite una indestructible chance en el amor, historia que merece ser vista en este ámbito teatral muy encantador a pocos metros de la Avenida Corrientes. El Politeama invita a los asistentes a disfrutar no solo del espectáculo, sino de un nuevo plafón operativo, plagado de calidez y genuina intimidad en todos sus rincones. Después de la muy exitosa “Parque Lezama”, que el realizador llevara al cine en pocos meses con su dupla original, el exitoso ganador del Oscar por el film “El secreto de sus ojos” nos invita ahora a despejarnos de la agobiante y opresiva cotidianeidad social, con una excelente obra plagada de gran talento y emociones a flor de piel, cuando todos descubren que el enigma pendiente es el destino.

Obra “Empieza con D, siete letras”
Libro de Juan José Campanella y Cecilia Monti
Dirección: Juan José Campanella
Intérpretes: Eduardo Blanco, Fernanda Metili, Gaston Cocchiarale y Maru Zapata
Duración: 110 minutos
Teatro: Politeama – Parana 353 (Capital Federal – CABA)
Funciones:
Miércoles, Jueves y Viernes a las 20 horas
Sábados y Domingos a las 19:00 y 21:45 horas
Entradas disponibles en www.plateanet.com
Fotos Obra «Empieza con D, siete letras» : Agencia Raquel Flotta 2025 (Raquel Flotta, Carolina D’Andrea y Gustavo Passerino)