45th Martìn Fierro Awards 2015: Otra noche de eterna polèmica mientras poco o nada cambia

Gane quien gane, pierda quien pierda, la ceremonia màxima celebratoria de la radio y televisión abierta se aleja cada año del ideal en cuanto a premiaciones, por incapacidad, egoísmo y una forma de ser que parece marca registrada.  

Premios Martin Fierro 2015 (Foto Prensa El Trece 001) 

Por Leandro Majors y Oscar Goldman

(Capital Federal – Lunes 15 de Junio de 2015) Gane quien gane, pierda quien pierda, cada edición de los“Premios Martìn Fierro”parece encomendada a padecer el máximo infierno posible como evento de la industria, algo que obviamente se repitió hace pocas horas allì en el Salòn Pacìfico del Hilton Hotel. Aunque el ámbito para realizarlo sigue siendo el mismo y la cantidad de premios no variò considerablemente en las ediciones de este último lustro, resulta incomprensible que quienes deben organizar el evento desde los distintos niveles de organización aùn no hayan entendido el sincronizado mecanismo de relojerìa que una premiación como esta debería tener, algo que cada edición desnuda con cada uno de los bloopers acaecidos a lo largo de la máxima ceremonia que tienen la radio y la televisión.

Premios Martin Fierro 2015 (Foto Prensa El Trece 009)

La 45ta edición de los Martìn Fierro no estuvo ajena a esta maravillosa y patètica cadena de desinteligencias que convierten a una especial fiesta creada para entretener en un show aletargado, insulso y la mayoría de las veces, interminable. La esperada disección de una ceremonia como esta merece evaluar algunos detalles que son moneda corriente, algo que la realizada hace pocas horas en Puerto Madero expuso sin atenuantes, demostrando que aùn con la máxima infraestructura posible, la energía humana està al servicio de alcanzar el mayor fracaso posible como desenlace de una fiesta que nunca es tal.    

Premios Martin Fierro 2015 (Foto Prensa El Trece 003)

En los últimas temporadas Artear hizo una oferta comercial para transmitir la ceremonia del Martin Fierro, tiempos de vacas flacas donde el combustible financiero que propuso el grupo comercial de esa firma televisiva sirvió para reacomodar las arcas de Aptra en una secuencia de tiempo donde cierta inacción para gestar otros caminos financieros dejó a la entidad de periodistas de radio y televisión en una incòmoda situación. El importe que la gente de Aptra recibió por la emisión de los Martìn Fierro 2015 estuvo algunas monedas por arriba del millón doscientos mil pesos, a los que debe sumarse en esta oportunidad el agregado de una firma mèdica que de ahora en màs obrarà como sponsor de la ceremonia que esta agrupación lleva a cabo todos los años para las distintas especialidades.

 Premios Martin Fierro 2015 (Foto Prensa El Trece 006)

El tribunal de votantes de Aptra, en un alto porcentaje ya retirados de la actividad que los hizo ingresar en su momento a esta asociación, como todos aquellos que ven peligrar una forma de sustentación operativa en los recursos de la entidad, ha tomado la obvia decisión de impartir justicia, pero cuando las dècimas están equiparadas en un duelo, asume volcar toda la decisión del fallo favoreciendo al canal organizador, circunstancia que viene pasando con simétrica conducta en los últimos diez años. Este comportamiento no es aplicable a todas las categorías participantes, pero en aquellas donde los votantes están menos capacitados para discernir al verdadero merecedor del galardón, el hecho de respaldar sin titubeos al candidato del grupo comercial que transmite la fiesta, hace que suelan ocurrir resultados de un tono sorpresivo, polémico y hasta inesperado. La Asociaciòn de Periodistas de Radio y Televisiòn no tiene actualmente un sistema abierto para incorporar anualmente a su plantilla nuevos miembros. Aquellos que acceden a ese beneficio, lo logran merced al respaldo de dos miembros internos quienes apoyan su ingreso, algo que la comisión directiva debe dirimir en sus clàsicas reuniones operacionales.

Premios Martin Fierro 2015 (Foto Prensa El Trece 004)

Las seudo-polèmicas que aparecieron en estas últimas entregas, pero fundamentalmente en la desarrollada durante este fin de semana allì en el tradicional complejo hotelero de Puerto Madero, expusieron la tensa pelea que cada uno de los grupos comerciales de la tv abierta desanda contra los demás a la hora de posicionarse frente a todos los resultados de otra entrega de premios que finalemente nunca dejarà conforme a todos. Las quejas de los primeros días, a las que suscribieron ciclos de Amèrica, Canal 9 y Telefè, y en una menor proporción a figuras de la tv correspondientes a la Tv Pùblica o El Trece, forman parte de un juego donde la mejor táctica para no evaluar el porquè de los fallos ceremoniales, una postura cómoda que deja a muchos televidentes. Aptra es un grupo de votantes que en su acto de votación hacen sentir su previsible y entendible subjetividad, decisiones que casi nunca reciben el beneplácito de aquellos que se retiran del Hilton Hotel con las manos sin ningún premio que cargar.

Premios Martin Fierro 2015 (Foto Prensa El Trece 008)

El Trece tuvo a su cargo la ceremonia de este último domingo, una fiesta que arrancò con el pie izquierdo:si los invitados deben trasladarse dentro de un camino signado por la muy famosa“alfombra roja”, que los organizadores acepten que ciertos invitados o algunos de los nominados de la emisora eviten ese camino de contacto con todos los medios, parece a primera vista un dislate que deja a màs de 150 personas en el hall del hotel peleando casi a tono de un combate de catch, una magra ubicación cerca del famoso pasillo de contacto, mientras la producción del canal y otros“asistontos”convierten a ese lugar en un agitada y convulsiva pasarela donde algunos pueden plantarse y manejar su contacto con la prensa, mientras otros son arriados como ganado para que crucen el lugar de la màs veloz y brutal manera. Las cámaras y fotógrafos acaparan la zona, a quienes ahora se suman aquellos que con la ayuda de sus sofisticados celulares captan en audio y video las alternativas del acto previo a la ceremonia central. Los nominados ante tanto griterío señalando dònde se deben ubicar, termina haciendo la vista gorda, observando un falso horizonte, para cruzar el camino y evitarse ese descontrol tan caracterìstico de la“red carpet”local.

Premios Martin Fierro 2015 (Foto Prensa El Trece 005)

Ya dentro del salòn, el caos se convierte en una moneda corriente entre famosos, aquellos que están nominados, los invitados de estos, los jefes de prensa con privilegios, aquellos que están en representación de algún medio poderoso con mesa asignada desde el vamos, sin olvidar por supuesto a un gran dotación de modelos que se ubica desde las mesas del fondo, para luego ir ganando terreno a medida que los perdedores se marchen de la fiesta al no lograr el objetivo que los mantenía dentro de la máxima ceremonia. Esas seiscientas cincuenta personas dentro del Salòn Pacìfico lejos de dedicarse a conversar con aquellos que les ha tocado como compañeros de mesa, prefieren sucumbir de cuajo a seguir con el mayor desprecio lo que ocurre sobre escena, para asì poder concentrarse de pleno en sus malditos smartphones utilizados como eternos comunicadores, cámaras fotográficas u obviamente filmadoras de las cosas que la tv no muestra y que ellos disponen en contacto directo por su privilegiada ubicación. Cada regreso del corte comercial es una pesadilla para los involucrados en ordenar la ubicación de las estrellas presentes y ni hablar de los conductores del evento, que lejos de poner orden, prefieren las frases de compromiso con el temor que algún invitado tome a mal el pedido de no seguirse drogando con el macabro aparato digital bueno para nada.

Premios Martin Fierro 2015 (Foto Prensa El Trece 007)

La fiesta realizada por la 45ta edición de los Premios Martìn Fierro en el Hilton mostrò la ineficacia de Guido Kazka y Mariana Fabiani para llevar a buen puerto un evento que en su duración total sobrepasò las 4 horas de duración, convirtiendo a la premiación en una prueba de resistencia. Para mal de males, en el último lustro, muchos de los ganadores se permiten subir como tropel con productores, asistentes y otros integrantes, los cuales no se conforman con aparecer en pantalla sino que además pretenden prepotentemente que sus palabras tenga el mismo espacio que aquella persona que ha sido distinguida en la ocasión. Discursos intrascendentes, dedicatorias en igual tono, arrebatos moralistas y un sinfín de lugares comunes hacen que cada premio se lleve casi dos o tres minutos de màs en el total de tiempo insumido, permitiendo que una fiesta que debería durar poco màs de tres horas, finalmente lleve a los televidentes a preguntar una y otra vez cuando finalizarà semejante suplicio en esa infinita velada.

Premios Martin Fierro 2015 (Foto Prensa El Trece 002)

Los medios confinados al sector contiguo al Salòn Pacìfico, llevan las de perder cuando de material periodístico se trata, porque una vez que los ganadores abandonan el espacio del escenario donde las cámaras los captan, pasan luego a una serie de apartados para una eterna sección de fotos con otros mòdulos del grupo comercial o aquellas publicaciones que establecen un acuerdo con los organizadores para colocar sus baners allì en backstage y mostrarlos con su empresa detrás en las imágenes. Superado ese bloque, cuando algunos vencedores llegan finalmente al lugar donde camarógrafos, reporteros gráficos y algunos cronistas de medios gràficos no pertenecientes al multimedios organizador aguardan para recabar testimonios, el o los ganadores, tienen una desesperación comprobada por hacer de ese tramo un veloz travelling que de paso a la colosal fuga hacia sus mesas en las que han quedado probablemente aquellos alimentos que no degustaron por levantarse a tomar con su mano el anhelado gaucho mediático, mientras algunos aplauden y otros siguen en diálogo con invitados, aunque la mayoría prefiere autoestimularse con sus celulares en un planteo recurrente y patético.

Premios Martin Fierro 2015 (Foto Prensa El Trece 001)

 A pocos segundos del premio Martìn Fierro de Oro, el Salòn Pacìfico vive un éxodo de dimensiones impactantes: se van los últimos perdedores, aquellos que se enteraron que no ganaràn el de oro y aquellos vencedores que no tienen la màs mínima intención de darle a los medios que allì ingresen ninguna clase de nota. Quieren irse a dormir o festejar en un lugar ya convenido, pero sin mediar opción alguna, ante la duda corren espantados hacia las escaleras mecánicas para evitar mayores disgustos. Aquellos que obtienen el oro saben que deberán responder las consultas de rigor ante lo alcanzado, algo que Adriàn Suar supo manejar con su habitual training el lunes por la madrugada,cuando no menos de cincuenta personas pugnaban por algún comentario sobre el máximo galardón alcanzado. Mientras los días posteriores muestran el enojo de los perdedores, que prometen un cambio para la próxima entrega o la configuración de nuevos premios o cambios en esas reuniones, los integrantes de Aptra guardan violìn en bolsa, mastican el último chocolatín sobre la mesa y se marcha buscando una salida veloz a resguardo del frìo. Los curiosos, detrás del gran escuadròn de personas de seguridad y vallados respectivos,observan en la puerta del hotel los últimos segundos de una fiesta que probablemente cambie muy poco en la edición 46, esa que naturalmente estarà teñida de polémicas una vez que la nueva cuenta regresiva se ponga en marcha en acción.